La toxoplasmosis es una infección que preocupa a la mayoría de las embarazadas, sobre todo a las que tienen mascota, debido a que esta infección puede llegar a ser muy perjudicial para el feto.
Es por ello que en esta oportunidad hablaremos un poco sobre la toxoplasmosis en el embarazo y como puede tratarse.
¿Qué es la toxoplasmosis y cuáles son sus síntomas?
El parásito Toxoplasma Gondii es el que produce la toxoplasmosis y se encuentra en los animales. La toxoplasmosis es una parasitosis universal muy frecuente y que en muchos casos se encuentra latente sin producir sintomatología.
En ocasiones, la toxoplasmosis puede generar síntomas leves y graves, sobre todo en pacientes inmunodeprimidos o enfermos de VIH.
Puede afectar a la mujer embarazada ya que puede ocasionar abortos o lesiones en el recién nacido.
Lo delicado de la situación es que los síntomas de la toxoplasmosis en el embarazo son prácticamente imperceptibles:
- Leve hinchazón de los ganglios del cuello.
- Dolor de garganta.
- Dolores musculares.
Estos síntomas, suelen aparecer dos o tres semanas después de la infección, sin embargo, es posible que no se presenten síntomas.
Consecuencias de la toxoplasmosis en el embarazo
En las embarazadas que tienen toxoplasmosis, el parásito puede pasar al feto a través de una infección placentaria, especialmente en el primer trimestre y puede producir alteraciones neonatales, tales como: sufrimiento neurológico, convulsiones, hidrocefalia o cuadros hemorrágicos.
También pueden generar quistes en la retina, que ocasionarán patologías oculares que aparecerán a lo largo de toda la vida del niño.
Cómo se contagia la toxoplasmosis
El parásito está adaptado especialmente para su hospedador, que es el gato. Si el animal se encuentra contaminado, expulsa los quistes llamados esporoquistes al exterior, estos a su vez pueden ser comidos por animales, como el ganado vacuno, ovino o caballar y pasar directamente al hombre.
Las personas también pueden contagiarse a través de las heces del gato, si el humano se pone en contacto directamente con las heces de los gatos, probablemente se contagie.
También al no lavarse bien las manos o por comer carnes poco cocidas o crudas que contengan quistes del parásito, una mujer embarazada se puede contaminar y transmitir la enfermedad al feto.
¿Cómo se detecta la toxoplasmosis?
Lo primero que debes hacer si estás buscando quedarte embarazada, es realizar un análisis de sangre llamado Toxo-test.
Si el resultado es positivo, quiere decir que ya has padecido la enfermedad en el pasado y que ya no corres peligro de infección durante el embarazo.
Pero si ya te has quedado embarazada debes someterte de inmediato a la prueba de la toxoplasmosis.
Pero ¡No te preocupes! Se trata de un sencillo análisis de sangre que muestra los anticuerpos anti-Toxoplasma, o inmunoglobulinas de tipo M y tipo G, de donde se generan las iniciales que las identifican: IgM e IgG.
La IgM aparece en la fase aguda de la enfermedad, es decir, aparece en la sangre de alguien que acaba de contraer el virus. La IgG representa la «memoria» de la infección y se encuentra en el cuerpo de la persona que ya ha tenido la enfermedad.
Si las IgG e IgM son negativas, la enfermedad no está en curso y la mujer no la ha tenido en el pasado.
En caso de que la IgM sea positiva, se deben realizar dos pruebas más para saber cuándo se produjo la infección, ya que mientras más reciente es la infección, mayor es el riesgo de complicaciones para el feto.
Por ejemplo, si la enfermedad se remonta a 6 u 8 meses antes, no tienes de que preocuparte.
Tratamientos para la toxoplasmosis
Debes saber que el tratamiento para combatir la toxoplasmosis es de base antibiótica. A pesar de que para los adultos, esta enfermedad no resulta ser peligrosa, si se contrae durante el embarazo resulta muy arriesgada para el feto.
Por ello lo más recomendable es que sigas al pie de la letra todas las recomendaciones que te da el médico.
Como ya te mencionamos, esta infección es posible contraerla ingiriendo carne cruda o poco hecha, especialmente la carne de cerdo o la de cordero, comiendo verduras crudas contaminadas, o bien tocando heces de animales infectados y no lavándose después las manos de manera cuidadosa.
Recomendaciones para prevenir la toxoplasmosis en el embarazo
En el caso de que el resultado de tu prueba sea negativo, deberás tomar en cuenta las siguientes precauciones, para evitar el contagio de la toxoplasmosis en el embarazo:
- No comer carne cruda o poco hecha ni embutidos.
- Lavar cuidadosamente las verduras y la fruta.
- Si tienes un gato, comprueba periódicamente con el veterinario, de que está sano. Generalmente el gato doméstico, que vive en casa y que es alimentado sólo de alimentos enlatados o secos y no de carne cruda, probablemente no se encuentre infectado.
- Limpia la caja del gato a diario empleando guantes. Debes saber que aunque el gato esté enfermo, sus heces sólo serán infecciosas al cabo de 36 horas. Pero en el caso de los gatos callejeros y los gatos que no se conocen, mejor no te acerques y si por alguna razón te pones en contacto con alguno, debes lavarte las manos con abundante agua y jabón.
- Cocina todo muy bien pues el parásito puede resistir las bajas temperaturas, pero no las altas, por lo que cocinar los alimentos a elevadas temperaturas garantiza su muerte.
Por todo esto es de suma importancia que te sometas a controles durante todo el curso del embarazo, de manera que el medico pueda identificar de inmediatamente un posible contagio.
Además él te indicará el tratamiento más adecuado para tu caso, y si no te encuentras contagiada, también podrá darte las recomendaciones justas y adicionales para que no te contagies.
Esperamos que todas estas recomendaciones de verdad te ayuden a prevenir la toxoplasmosis en el embarazo o en todo caso detectarla a tiempo, para poder recibir tratamiento cuanto antes.
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